La música en tiempos de Coronavirus: ¿Volverán los conciertos alguna vez?

*Extraído del archivo del blog La Caja de Pandora

Vamos, aceptémoslo juntos. Las transmisiones de música en vivo a través de Zoom, Facebook, Instagram o similares apestan. Pero no me malinterpreten. No estoy en contra de que los músicos busquen formas alternativas de promocionar su trabajo o ganar algún tipo de ingreso en medio de esta dramática cuarentena que viene transformando nuestras vidas. Por el contrario, creo que es la calidad de este formato lo que no les hace justicia.

El sonido poco uniforme que varía según el tipo de dispositivo, una conexión de internet inestable que genera constantes interrupciones y una nueva situación cotidiana que nos obliga a enfrentarnos al estrés de mirar una pantalla. El panorama de los livestreams en los próximos meses parece que seguirá siendo igual de extraño y de seguro vamos a tener que acostumbrarnos a ello. Las opciones para la música en tiempos de aislamiento social, sin duda, son limitadas.

La pregunta entonces cae de madura: ¿volveremos a escuchar música en vivo alguna vez? Por ahí, algunos artistas han comenzado a innovar utilizando tecnologías que permiten ofrecer experiencias inmersivas comparables. Este ha sido el caso del rentable concierto de Travis Scott en Fornite , la presentación under de 100gecs y Charli XCX en Minecraft o el rave interactivo de Kill The Noise en Wave. Otros, en cambio han ensayado respuestas rápidas (y poco prácticas) para adaptar el formato ‘en directo’, como el «auto-concierto» que ofreció un artista en Dinamarca. En suma, parece que aún no existe una respuesta clara a esta problemática y quizás tampoco haya mucha prisa por resolverla.

La dura realidad nos demuestra que ahora mismo la comunidad global ya enfrenta una larga lista de dificultades: negocios quebrados, hospitales abarrotados y cuarentenas interminables. No hay tiempo para cambiar las prioridades hoy, pero si quizás para discutir por qué deberíamos retomar en el futuro este antiguo rito que hoy luce lejano: el encuentro de los artistas y su público. Las mejores palabras paa reflexionar al respecto las encontré en el lúcido artículo de Jayson Greene para Pitchfork:

“Cuando reproduces música, el sonido simplemente se materializa. Tiene la forma de una alucinación subconsciente, algo que sucede en tu sistema nervioso, sin ninguna contraparte análoga en el mundo real. [Sin embargo], cuando me aventuro a ir a un concierto, es usualmente para confirmar que los extraños sueños que tengo son reales. Toda esa introspección gaseosa finalmente tiene sentido: todos nosotros, parados en un mismo espacio, alzando nuestros hombros, conteniendo el aliento, mirando el mismo punto, disfrutando el mismo fenómeno”.

Y algun día volveremos a sentir. El día que la música en vivo regrese, volveremos a experimentar toda esa energía que un puñado de limeños entregó en Sargento, o más recientemente en Embassy, cuando los chilenos Ases Falsos dejaron el alma sobre el escenario. Volveremos a soñar, como cuando Interpol y Radiohead destacaron el compromiso del público peruano sobre el de otros países durante sus shows en Lima. Volveremos a viajar en búsqueda de nuevas emociones, como cuando salté junto a 50 personas, un mediodía de domingo, en el concierto que Gativideo ofreció en el último Lollapalooza Argentina o cuando sentí escalofríos al escuchar los susurros del público bajo la lluvia en un concierto de Fleet Foxes en Chicago hace un par de años. El día que los conciertos regresen lo sabremos porque seremos felices otra vez.